Un Censo sin consenso.

          




Un Censo sin consenso

     Desde la época de colegio, cuando estudiábamos historia sabíamos cuantos chilenos, hombres, mujeres, niños, viejos, jóvenes, etc., donde vivían y como se proyectaban las cifras para los próximos años, así supimos los habitantes en la colonia y en la república, eso lo teníamos arraigado y dichosos de la seriedad de nuestro trabajo.



               Pero ahora después de lo ocurrido en el último Censo no solo queda al desnudo lo precario y poco riguroso del procedimiento de estadística de población que vivimos llamado Censo, todavía nadie logra entender en claridad lo que sucedió y lo que es peor nadie sabe cómo solucionarlo, en lo personal no entiendo cuales fueron los errores muéstrales, además quien entiende un Censo de hecho o uno de derecho, lo único claro es que hoy somos muchos hombres, hartas mujeres, varios niños, demasiados adultos y tenemos una mala proyección, gastar 60.000 millones de pesos para entregar estos precarios datos, es simplemente una vergüenza, es digno que el presidente pida perdón ( hay otros presidentes que han errado en tragedias y todavía no piden perdón), pero con ese perdón no actualizamos los datos del INE.
  
            Un caso aparte el caso Francisco Labbé, con todos sus doctorados de cartón, no presenta la más mínima dignidad y se niega a pedir perdón, asociando un sesgo político de la comisión externa, que no saben de estadísticas y Censo, no es el más apropiado para calificar quien sabe y quien no, lo único bueno que pudo aportar, fue que en el censo anterior del año 2002, cuya forma de realizarse fue en un día ósea un censo de hecho, también ocurrieron serias deficiencias de personal y el censo se debió terminar con personal militar, carabineros y bomberos, ósea deben haber habido errores gigantescos que se supieron tapar, porque no nos traten de hacer creer que un censo hecho en un día es mejor que uno de derecho de tres meses, el problema es que se realizo mal.

            Está claro que se debe realizar un nuevo censo y esto debe ser un tema de estado, porque el proceso es por 10 años, por lo que los próximos gobiernos necesitaran estos datos, no es propio que saquen provecho político de un problema que afecta al país, a los de derecha e izquierda, ricos y pobres, jóvenes y viejos, por lo que haría un país serio es ponerse a trabajar en una metodología para mejorar la forma de medir y crear un equipo técnico que permita fortalecer este procedimiento como por ejemplo que los municipios realicen precensos que contrasten con las cifras definitivas, es difícil que mejore la situación en año de campaña, porque lo único que preocupa es si doblan al oficialismo o no, pero definitivamente este Censo es sin consenso, y seguiremos esperando saber cuántos somos, quienes somos y para donde vamos.





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