La voz de los sin voz se fue y nadie lo escuchó


              
  Cuando el plenas fiestas patrias nos enteramos de la muerte de Eduardo Bonvallet simplemente no se creía, era el 18 de Septiembre del 2015 y todos estábamos preparando nuestra celebración patria, con comida, tragos, baile y juerga, aunque eran pocos días había que pasarlo bien.
                Pero en algún lugar había una persona que lo estaba pasando mal, sufriendo y masticando la peor de las decisiones que puede tomar alguien en un momento extremo, atentar contra su vida, ese era nuestro querido Bomvita “ el gurú “. Para todos los que bordeamos los 40 años, Eduardo Bonvallet es un referente en las comunicaciones, lejos lo más impactante que ha pasado por ellas, la pasión, la vehemencia que inculcaban sus palabras, la capacidad de reinvención, la sapiencia y su capacidad de humor lo hacían un impacto para todos los que acostumbrábamos a escuchar radio con las banderitas y los sombreros multicolores o comentando el papel picado en la cancha, nunca se hablaba de fútbol, porque no era necesario saber de fútbol para de dedicarse a las comunicaciones y como no habíamos ganado nada que importaba.
                Es imposible pasar desapercibido con esas características tan marcadas como las de  Bonvallet en un país tan plano como en nuestro, en donde ser hocicón de pensamiento es un pecado, ( en lo personal lo vivo a diario), simplemente fue un fenómeno, una cadena nacional del deporte, estando en Radio Nacional lo escuchaba la mitad del país, luego hizo pasar los programas de futbol al salón VIP, eran escuchados en FM, algo impensado en los 80, nos dijo que Azkargorta era un chanta y no se equivocó, sino se hubiera ido no vamos a Francia 98, eso está claro, denunció a cuanto sinvergüenza hubiera no solo en el fútbol, también en el deporte en general, basta recordar a  Satán o  el cocodrilo, creo conciencia nacional sobre su himno, su camiseta y su bandera, todos amamos estos tres tesoros, les dijo a la gente que podíamos ser campeones y que debíamos trabajar desde abajo, ósea una generación nueva con otra mentalidad y que tenemos ahora, son todos ganadores y triunfan en todas las canchas, todos estos hitos a la gente se le olvida pero fueron fundamental para lo que somos ahora campeones de América y con mentalidad ganadora.

  Pero sería muy egoísta circunscribir el legado de Bonvallet al desarrollo deportivo, es cierto que no hay nadie con la sapiencia de fútbol que se le escucho a él, que fuera tan didáctico y hoy se extraña mucho porque se marean explicando algo que para El Gurú era muy fácil, la pizarra. Pero desde mi punto de vista el mayor legado es que logro trasuntar principios y valores muy importantes para la gente como la decencia, la solidaridad, la distinción, la limpieza, los hábitos, la defensa de lo justo, el decir lo que se piensa y además no se ha podido cuantificar a cuantas personas ayudo directa o indirectamente a superar sus depresiones, sus males, una mala decisión, un problema familiar o de salud, eso fue simplemente notable, miles de personas le agradecían por redes sociales el mejorar su amor propio, el creerse el cuento, al levantarse sentirse el mejor, a ser dignos ante todo y no doblegarse, lo importante del sentido del humor como mejora la salud, todos estos conceptos no tienen precio, fue el mejor libro de autoayuda que he visto nunca., no se puede desconocer su faceta polémica y de permanente enfrascamiento con personajes de este país, pero eso en ningún momento opaca su enorme aporte a las comunicaciones y a la sociedad, a la cual libero de una mordaza permanente dándole una libertad de pensamiento y una sapiencia futbolística.

                Con todas estas virtudes cuesta creer que no fuese capaz de salir delante de una depresión y lo llevara a tomar esa decisión, no lo entenderemos nunca, pero lo más triste de todo es que hoy se extraña más que nunca, como quisiéramos escuchar sus comentarios, ver su pizarra y rescatar el mensaje del día para hacer un día mejor. Nunca comprenderemos como no supimos escuchar sus mensajes que explicaban que se nos iba alejando, te quedaba mucho por darnos Gurú y no fuimos capaces de darte algo tan pequeño como un abrazo, mientras todos nos preparábamos para celebrar, la voz de los sin voz se fue y lo que es peor nadie lo escucho, donde quieras que estés, cuídanos y un abrazo.

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