Puede un virus ser la salvación del mundo?
Para quienes
somos fanáticos del cine, en estos últimos 30 días, muchas veces nos hemos
sentido dentro de una de las tantas películas que vimos relacionadas con
pandemias globales (Contagio, Epidemia o alguna serie), pasando por túneles de
desinfección, uso obligado de mascarillas, guantes, alejamiento social,
cuarentenas, militares en las calles, parece una película de terror y suena increíble
que seamos los protagonistas.
La
diferencias de lo que estamos viviendo con una película antes descrita, se da
en algo muy sencillo, las películas terminan en un tiempo muy acotado,
generalmente con un final feliz y sin daños reales como vemos en la vida real.
Esta semana se cumplieron 100 días desde que la OMS detecto la masividad de
esta enfermedad y cuesta entender así como creer que nuestro mundo hubiese
cambiado tan rápido y violentamente frente a nuestras narices, forzando a un desafío
adaptativo urgente, en realidad de vida, familiar, laboral, económico, social,
en todas las formas que conocíamos, es tan fuerte el cambio que hizo parecer
que el mes de Marzo del 2020 tuviera como 60 días, siendo probable que este
años sea el más largo que conocemos.
Cuando
celebramos el años nuevo del 2019 en la espera del 2020, muchos estábamos felices
que se fuera un año tan malo, porque tuvimos tres meses finales para el olvido
en nuestro país, donde vimos caos total, destrucción y división entre chilenos
como no habíamos visto en muchas décadas, a esto se agregaba que veíamos en
otros países vecinos situaciones muy similares a la nuestra, lo que nos
proyectaba a un futuro incierto, por ello poníamos todas las esperanzas en el
2020 para nuestros futuros así como para nuestro país, pero resulto ser el peor
año que tengamos memoria, quedando marcado a fuego en nuestro disco duro.
El volumen de
información que tenemos acceso es tan grande que supera nuestra capacidad de análisis,
imágenes, textos, estudios nuevos y un sin número de opinologos seudoespecialistas,
lo único que nos transmiten son incertidumbre, incertezas, desconfianzas, pero
debemos sumar la desobediencia civil de la cual naturalizamos en los últimos meses,
el narcisismo abundante que se ve en las personas que creen que no les
afectara, el egoísmo de principio que domina en nuestra clase política, que
solo pide solidaridad ajena, pero no están disponibles al más mínimo esfuerzo
de sus bolsillos a 30 días de la crisis y quizás lo más penoso de todo que
tengamos chilenos deseando el fracaso del gobierno de turno en el manejo de la
pandemia, incluso deseando que tuviéramos más personas muertas, simplemente
para validar sus sórdidas teorías del bien común como país y poder aspirar en
un futuro cercano a dicho poder para cumplir sus miserables anhelos.
Toda esta
descripción del actuar que vemos de algunas facciones de nuestra sociedad se ha
remarcado en esta crisis, cuando estamos frente al mayor desafío desde la
segunda guerra mundial, debemos convivir con verdaderos crápulas sociales. Es
por ello que quizás esta tragedia que enfrentamos pueda tener un lado positivo,
quizás un virus pueda ser la salvación del mundo?, no lo sabemos, pero si esto no nos hace cambiar en nuestra
esencial, mostrando una mayor humildad frente al mundo y dejando de pensar que
el mundo esa a nuestro servicio, dejando el individualismo, narcisismo que nos
domina como sociedad, aislando la toxicidad de las personas que buscan el caos
total, siendo más generosos, repartiendo la misericordia entre los que podemos,
dejando de ser abusivos de la gratuidad, pensar que mi acción puede dañar a
otro antes de ejercerla, como salir en cuarentena por ejemplo, no habremos
aprendido nada. Este virus llego para quedarse, pasaremos un año muy difícil,
sin poder planificar nada más allá de 30 días, con posibles conflictos a escala
muy cerca, con escasez y precariedad, pero puede ser una gran oportunidad de
cambio, quizás la última que tengamos y si sumamos las voluntades puede ser
nuestra salvación, pero si al encontrar una cura, volvemos a ser los mismos que
éramos antes de esta crisis, no nos salvaremos de la siguiente, la tarea
depende de nosotros, ser mejores después de este virus.
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