Habemus gabinete, más papistas que el Papa.
Hace poco más de 30 años
recibimos la visita papal de Juan Pablo II y la sensación que nos dejo fue de
esperanza y fe a quienes fuimos testigos, ahora cuando vino el Papa Francisco
la verdad es que todavía buscamos el sentido, la explicación puede estar en el
exacerbado sentido de inconformidad permanente en que estamos viviendo, como
sociedad, como país, como familia, en nuestros trabajos, como esposos, hijos,
hermanos. Todo se encuentra malo, como deporte nacional es la queja o bien se busca el lado negativo, somos
opinologos de todo, si sube el cobre, sabemos porque sube el cobre, Chile fuera
del mundial, todos sabían después del resultado porque quedamos afuera, si gana
las elecciones Piñera es porque hay una mayoría de idiotas que tienen genes
aspiracionales queriendo ser lo que no son, algo comparable al de Izquierda burgués
que habla de pobreza desde Maitencillo o Cachagua.
El ministro de
educación nombrado tiene oposición antes de hablar como ministro, una cosa es
lo que opinen como personas o bien como ejecutivos y otra cuando asumen cargos públicos,
cuantas veces paso en los últimos 30 años que políticos que llegaron
prometiendo alegría y crecimiento con igualdad, no necesariamente pudieron
replicar ese discurso en un cargo público, pero también agregaría que lejos la
cartera más compleja en los últimos 10 años en un gabinete ha sido la educación,
desde la revolución de los pingüinos en el año 2006 a la fecha han pasado 9
ministros de diferentes perfiles y todos han caído en la lucha, lucha que es
totalmente desigual al considerar que una persona puede resolver los problemas
de la educación recién asumido como es un ministro de educación. Esto explica
probablemente el poco interés en asumir esa cartera por parte de muchas
personas preparadas, pero que no están dispuestas a tranzar su calidad de vida para
ser denostados gratuitamente por cualquier persona, en una guerra de
declaraciones que se promueven desde su nombramiento.
Hubiese
esperado un análisis más profundo de la tendenciosa prensa en carteras que si reflejan los problemas de
nuestra sociedad, como por ejemplo la cartera de salud que tiene una tarea titánica
de estabilizar un sistema precario y disperso en su funcionamiento, porque
pandemias como la diabetes o hipertensión no tienen vitrina ni en los medios ni
menos en las redes sociales, la tarea de mejorar el sistema de pensiones,
partiendo por hacer correcciones a modificaciones que se hicieron en la última década
como el cálculo de edad en las tablas de mortalidad para proyectar la pensión o
eliminar el fondo de perdida de los AFP que permitía estabilizar sin perjuicio
al cotizante, son temas que afectan a millones de personas, pero seguimos discutiendo
temas que repercuten a grupos específicos sin atacar el mal mayor.
El éxito de un
gobierno es el bienestar de un país y lo único que queda es esperar el buen funcionamiento
del próximo gobierno a partir del 11 de Marzo del presente año, porque la
prioridad es ir mejorando los problemas mayores de una sociedad hacia los
menores y no a la inversa, porque a veces nuestra sociedad se vuelve más
papista que el Papa en sus conclusiones perdiendo la perspectiva del tiempo y
la posibilidad de aplicar los cambios, los Big Bang solo traen consecuencia y
secuelas irreparables, el mejor ejemplo Transantiago.
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